Con el frío
abrazado a mis huesos
y el alma derramando gélido rocío,
me interné en tu empedrado,
saboreando mi tenue hastío.
Mis recuerdos galopaban en mi pecho
y el melodioso aire nocturno
acariciaba mis mejillas
y susurraba mis yerros.
Señor,
¿Por qué mi eterna tristeza,
silente e impasible como búho,
con su mochila al hombro
sigue mis pasos
en mis noches serenas?
¡Oh calle del olvido!
que me abrazas
con tus pétreas manos
y me conduces
hacia el Nazareno,
al que aluden en sus ritos,
obispos, curas y pastores,
pero al que poco han imitado.
Calle amiga:
ayúdame a abandonar en tus banquetas
tanta tristeza mía,
te entrego mi nostalgia
y mi añoranza ahí te la encargo.
Calle empedrada:
¡Dime si por ti mi Dios,
alguna vez,
ya sea de noche o de día,
¿tal vez de mañana?
inadvertido y ferviente,
tus piedras ha pisado!
Yo también camino por una calle muy angosta y empedrada, llena de peligros.
Donde la noche me abruma y siento que Dios no me escucha.
Quiero gritarle y pedirle que me ayude.
Espero que nos ayude a todos.
Un abrazo 🌹
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por tu poema y tu plegaria, Poetas en la noche
Me gustaMe gusta
🌹🙋🏼♀️
Me gustaMe gusta